lunes, 21 de mayo de 2012

Diputada Rivera de Paniagua: “Fortalezcamos la ciudadanía”


Por: Staff Comunicación

“Recordando que en una fecha como hoy pero en 1919, se aprobó el sufragio femenino en Estados Unidos y en nuestro país, en 1946, exhorto a todas las mujeres a que fortalezcamos la ciudadanía desde nuestras comunidades”, expresó la diputada Delia Karina Rivera de Paniagua, presidenta de la Comisión de la Mujer en el Congreso de la República.

Historia:

El movimiento internacional por el sufragio femenino, llevado a cabo por las llamadas sufragistas, fue un movimiento reformista social, económico y político que promovía la extensión del sufragio (el derecho a votar) a las mujeres, abogando por el «sufragio igual» (abolición de la diferencia de capacidad de votación por género) en lugar del «sufragio universal» (abolición de la discriminación debida principalmente a la raza), ya que este último era considerado demasiado revolucionario.

El sufragio femenino ha sido aprobado (y revocado) varias veces en distintos países del mundo. En algunos países como Estados Unidos o Sudáfrica el sufragio femenino se ha autorizado antes que el sufragio universall; así, una vez concedido éste a los hombres y mujeres europeos, aún se les seguía negando el derecho a votar a hombres y mujeres de otras etnias. No obstante, en la mayoría de países el sufragio femenino ha sido el que ha llevado al universal.

En 1776 en Nueva Jersey se autorizó accidentalmente el primer sufragio femenino (se usó la palabra «personas» en vez de «hombres»), pero se abolió en 1807.
En 1838 se aprobó el sufragio femenino (con las mismas características propias que el masculino) en las islas Pitcairn.

En la segunda mitad de siglo XIX varios países y estados reconocieron un tipo de sufragio femenino restringido empezando por Australia del Sur en 1861.

En 1869, el Territorio de Wyoming se convirtió en el primer estado de EE.UU. donde se instauró el «sufragio igual» (sin diferencias de género) aunque no el sufragio universal (no podían votar hombres ni mujeres de piel oscura).

En 1893 se aprobó en Nueva Zelanda el primer sufragio femenino sin restricciones, gracias al movimiento liderado por Kate Sheppard. De todos modos a las mujeres sólo se les permitía votar pero no presentarse a elecciones. Las boletas femeninas de votación se adoptaron apenas semanas antes de las elecciones generales. Solo desde 1919 las neozelandesas obtuvieron el derecho a ser elegidas para un cargo político.

El primer estado en ofrecer el sufragio universal (y también permitir a las mujeres presentarse a elecciones para el parlamento) fue Australia del Sur en 1902 (según otros en 1894) y Tasmania en 1903.

El primer país en América del Sur en aprobar el sufragio femenino fue Uruguay. El sufragio femenino fue emitido por primera vez en 1927, en el Plebiscito de Cerro Chato. Siendo así, el primer país de toda América Latina en permitir el voto femenino.

Sufragio femenino en Lationamérica

El primer país en América del Sur en aprobar el sufragio femenino fue Uruguay.
A principios de la década de 1920 se acentuó la lucha de la mujer ecuatoriana por el derecho al voto. Aprovechando que la Constitución de 1827 hablaba en general de los derechos ciudadanos sin especificar ninguna prohibición respecto de la mujer, Matilde Hidalgo de Procel, nacida en Loja en 1889 y primera doctora en Medicina, se inscribió en los registros electorales: «Ante la presencia de Matilde, los miembros de la Junta Electoral se desconciertan e indican que el voto en Ecuador es únicamente para hombres; ella no se arredra; reclama la igualdad, y el mismo día 2 de mayo de 1924 queda empadronada, con la reserva de someter su caso a consulta ministerial. El doctor Francisco Ochoa Ortiz responde el 8 de mayo, expresando que no hay prohibición para que las mujeres se inscriban, ya que la ley no especifica el sexo».

En 1933 salían elegidas concejales la doctora Hidalgo y la obstetra Bertha Valverde, después de una sostenida lucha de la Alianza Femenina Ecuatoriana, dirigida por Nela Martínez y Luz Bueno. En 1941, Matilde Hidalgo fue electa diputada, pero se la relegó a la calidad de suplente. Entonces, miles de mujeres se rebelaron exigiendo justicia: «queremos una voz femenina que sepa defender nuestros derechos, pospuestos injustamente por sociedades constituidas bajo la prepotencia viril».

En el caso de México, que llegó relativamente tarde al otorgamiento del sufragio femenino en igualdad de condiciones con el voto masculino (hasta 1953 bajo la presidencia de Adolfo Ruíz Cortines, hay que subrayar el hecho de que hubo una lucha constante encauzada por connotadas feministas mexicanas desde el período inmediato a la Revolución mexicana, en los años de 1915 - 1916.  Entre estas luchadoras por el sufragio femenino se cuenta, entre otras, a Elvia Carrillo Puerto, quien fue la primera mujer electa para un congreso de diputados (congreso de Yucatán) mexicanos, en el año de 1923.

El voto en Guatemala

Guatemala fue uno de los primeros países centroamericanos en aprobar el derecho al voto femenino. Por eso es que hoy resulta paradójico que ocupe uno de los últimos lugares en participación femenina en las instancias de decisión política.

Los derechos de la mujer están plenamente reconocidos por la Constitución de la República. El voto es un derecho que pueden ejercer las guatemaltecas (Constitución de 1945), pero la participación en la organización y acción social en puestos de dirección aún está lejos de ser una realidad accesible para la mayoría de ellas.

*Con datos de: 
- http://www.iidh.ed.cr/BibliotecaWeb/Varios/Documentos/BD_395509089/voto%20femenino%20doc.pdf
- http://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio_femenino

*Foto: 
http://www.elnuevodiario.com.ni/internacionales/113545

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